Plan financiero II: Cómo empezar



Estimado lector,

Al comenzar un plan financiero, te puedes encontrar un poco abrumado por la magnitud de la tarea que tienes ante ti. La mejor forma de vencer ese posible bloqueo inicial es, como en cualquier trabajo, empezar por tener claro por qué estamos haciendo el plan financiero. Hay que preguntarse en qué situación estamos: queremos pedir un préstamo o subvención para realizar nuevas inversiones, captar capital de inversores, queremos analizar la viabilidad de nuestra idea,… El hacernos esta pregunta nos llevará a un punto fundamental de todo plan financiero, el destinatario final del plan: un banco, posibles inversores, entidades públicas, usuarios internos,... En función de estas respuestas, habrá que hacer más énfasis en algunos aspectos que en otros del plan financiero.

Las entidades financieras utilizan los planes financieros para, en el contexto de un plan de viabilidad, entender bien el negocio para el que se pide financiación, y poder decidir con más precisión si el proyecto es viable y va a permitir la devolución de la deuda con los intereses correspondientes. Podemos ver, entonces, que de la realización de un buen plan de viabilidad, en general, y especialmente del plan financiero, depende en gran medida la obtención de financiación para el proyecto y, por tanto, la posibilidad de llevarlo a cabo. Si el destinatario del plan es un banco, habrá por tanto que centrarse en la capacidad de generación de flujos de caja desde el momento en que la deuda sea exigible, de modo que quede garantizada la devolución de la misma.

Otra opción para conseguir financiación para nuestro proyecto es acudir a un organismo público, al que solicitar un préstamo, subvención, avales para la concesión de préstamos,.... En este caso, siempre será necesario demostrar en el plan financiero la viabilidad de la idea pero, dadas las particularidades del agente externo interesado en el negocio, puede ser importante recalcar otros factores. Así, por ejemplo, típicos aspectos que se tienen en cuenta por organismos públicos son la inversión en I+D, la generación de empleo, o los criterios medioambientales y de sostenibilidad. Para hacerse una idea más concreta que garantice una mayor probabilidad de éxito habrá que ver en detalle las condiciones del programa, de forma que le demos la importancia debida en nuestro plan financiero.

Si el plan financiero va orientado a posibles inversores, debe recoger claramente la financiación que se necesita de los mismos. En el caso de una startup, las proyecciones de flujos de caja a medio y largo plazo cobran especial importancia, ya que el plan se centraría en la viabilidad y beneficios futuros de una compañía que puede tener pérdidas en los primeros periodos. Cuando los inversores son sociedades de capital riesgo o similares, que invierten en fases tempranas del desarrollo de la empresa, también debe plantearse la estrategia de salida por la cual los inversores saldrían de la empresa y obtendrían los rendimientos de su inversión.

Para los usuarios internos, un plan de viabilidad que incluya un estudio económico financiero debe servir para analizar la idea de negocio y evaluar la viabilidad económica y técnica. El añadir análisis de la rentabilidad de la inversión, estudios de sensibilidad y ratios financieros puede ser especialmente interesante en estos casos para completar la visión de gestión de la compañía.

Por último, un caso particular en el que se hace necesaria la realización de un plan de viabilidad y su correspondiente análisis económico financiero es el de concurso de acreedores. En este contexto, se requiere especificar los recursos necesarios para la viabilidad de la empresa, además de describir de qué modo se espera obtenerlos.

En los siguientes artículos, terminaremos de definir los aspectos preliminares de cara a realizar nuestro plan financiero y profundizaremos en cada una de las partes que lo componen.

Recibe un cordial saludo

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